¿Será que el secreto es confiar? Dejar esto tirado por aquí, esto otro visible por allá, y que quien pase lo vea y decida qué hacer con eso que ve. Pero… ¿y si nadie lo ve? Confiar es una forma elegante de rendirse: una rendición que promete alivio, pero exige vacío. Y cuando la mente ya no está ahí — atenta, midiendo, vigilando—, ¿qué queda? ¿Con qué se llena ese espacio? ¿Con calma? ¿Con nada? ¿Con otra clase de angustia, más limpia, más silenciosa? La desconfianza, al menos, hace ruido. Me mantiene ocupada, me sostiene el borde. Y aun así, algo en mí, muy al fondo, sospecha que el aire también sostiene.
Buscar este blog
Malini Nada.
Hilando.
Entradas
Destacados
Entradas más recientes
Foto con tabaco
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Embestirme
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones